Andrés Manuel «El rupturista» parte II (El derrumbe de la cosificación en México)

La ficción de progreso y democracia convergieron con la materialización de la anti utopía que significó el régimen de la era neoliberal en México, el escenario pensado para novelas de ese género, se expresaba de múltiples formas; los ciudadanos se encontraban sujetos al dominio del poder económico y político que los determinaba para ser funcionales a una estructura que atravez de «la democracia» y el sistema de partidos, prevaleció durante décadas, imponiendose en cada elección.

«No hay hechos, sólo interpretaciones» decía Nietzche y en efecto la interpretación que hicieron de la realidad, encontró sus conductos en medios de comunicación y en transiciones de partidos políticos en el poder.

La postverdad consistía en difundir que todos eran iguales; siguendo el esquema de repetiones de Paul Joseph Goebbels, su estrategia de sujeción eran en última instancia hacer creer que no podría ser de otro modo.

En esta coyuntura donde los extremos se fueron tensado, se venía perfilando un giro en la política del país. No hay un régimen injusto que sea definitivo; se pensó, como sentencia adelantada de un proceso que culminó el histórico 2 de julio de 2018.

Son tres los cambios fundamentales del pensamiento político que postuló el ahora Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador a lo largo de su trayectoria política:

1.-Quita del centro de la actividad política el interés o beneficio personal y dice que el cambio es posible cuando se sacrifica ese interés personal por el interés colectivo. Es decir no sólo el político sino el ciudadano habrá de luchar por su par.

2.- El ciudadano es factor de cambio, y se constituye, no como objeto, sino como sujeto que va a producir la transformación que el país necesita, si se informa y organiza para lograrlo, y ayuda a conscientizar a otros.

3.- Será a través de la vía pacífica la transformación del país. Es decir, legítima y legalmente. Lo que implica no sólo haber llegado a la presidencia por el voto mayoritario sino que no se compraran votos que han «empeñado el futuro de los mexicanos».

El cambio democrático en México debe ser analizado como el día en que los ciudadanos se organizaron para dejar de ser pensados como objetos o estadistica. En estos tiempos un «buen estratega priísta» ya no podrá sentarse hacer números para ganar una elección. El dos de julio de 201, tiene diversos significados, quiza el más fundamental, es que ante los ojos del mundo se derrumbó la cosificación de los ciudadanos. Una lección que el pueblo le da al poder bipartidista y concentrador de la riqueza.

El catalizador de este cambio fue desde luego Andrés Manuel López Obrador «El rupturista» que logró romper con la forma tradicional de hacer política y que en acción conjunta con el pueblo colocó a México, como en otras etapas de su historia en vanguardia de cambio. Se derrumbó el régimen que lo cosificaba todo.