Camiones areneros destruyen caminos, viviendas y la red de drenaje y agua potable en Toluca
Necesita arreglo
Mineros y choferes de camiones de carga que transportan a diario arena y grava de las minas de la delegación de Santiago Tlacotepec, en Toluca, ya son un verdadero “cáncer” para decenas de pobladores de la delegación de Capultitlán, quienes ven sus casas fracturadas y la red de drenaje y agua potable destruidas por el peso de las unidades, lo que ha derivado que el agua de las cisternas y tanques ya esté contaminada por la filtración de desperdicios.
Víctor Manuel Sánchez, originario del barrio La Soledad, en Capultitlán, denunció que hace aproximadamente cuatro años, las góndolas y camiones acarreaban los materiales pétreos y pasaban por la zona de Santa María, en Cacalomacán, sin embargo, la calle de Corredores y Jinetes de esta citada demarcación comenzó a urbanizarse y como quienes habitan son presumiblemente políticos, es decir, influyentes, pusieron jardineras a modo de que solo hubiera acceso a automóviles particulares.
Por ello, los camioneros comenzaron a circular por calles de Capultitlán y los propios vecinos les asignaron la calle que lleva por nombre Piedras, para evitar ingresaran por accesos donde ellos viven.
“Pero los gondoleros empezaron a destruir casas, se empezaron a fracturar, se hundió la tierra y no cumplieron las expectativas que tenía la gente, que les iban a beneficiar y la problemática la hemos tenido en Camino Viejo a Tlacotepec, Reforma e Insurgentes, varias calles que son la entrada de Calzada al Pacífico hacia las minas que tienen como salida una colonia que se llama El Refugio, es el acceso para ellos”, indicó el poblador.
Para evitar que sus casas sufran más daños como el vencimiento de loza y aplanado, así como hundimientos de tierra, vecinos de Capultitlán han puesto piedras y tambos para evitar que los camiones pesados pasen, pues se ha llegado a contar el paso de hasta 180 automotores al día.
El comunero señaló que entre vecinos se organizaron para que en el Camino Viejo y centro de Capultitlán se tenga una red de drenaje y agua, todo ello costeado de su bolsillo, pero lamentablemente esta infraestructura ya comenzó a colapsarse por el traslado de materiales pétreos.
Ante el caso omiso de las autoridades estatales y municipales, a los comuneros no les queda otra más que evitar el paso de este tipo de unidades con piedras y tambos, sin embargo, los mineros y choferes han buscado caminos alternos para seguir su labor,
Víctor Manuel Sánchez, recordó que hace un par de años, autoridades estatales y ejidales acordaron que la calle Laguna del Volcán sería la mejor vía para el transporte de arena y grava, lo cual duró hasta un año.
En este tiempo “deterioraron la calle, ya empezaron a destruir y fracturar casas y la gente ya los sacó de la misma manera, poniendo retenes de piedras. Ellos son el cáncer que nos está comiendo en esta localidad, que se vayan, que sepan ellos que las minas no pertenecen a Capultitlán, las minas pertenecen a Tlacotepec, hay mucho camino por allá que todavía no está urbanizado, que ya no molesten a Capultitlán, Capultitlán está devastado, ya son socavones, ya no son baches, esas casas que están afectadas, una, dos o tres góndolas más y se cae la casa”.
Al visitar al comunero de Capultitlán, Benjamín López Estrada, coincidió con su vecino Manuel, de que los pesados camiones han destruido la red de agua potable y drenaje que tanto trabajo les ha costado tener.
Debido a que el agua que está en sus tinacos o cisternas no sirve para consumo humano, la ocupan para hacer limpieza en sus hogares, ante esto y la mala economía por la que atraviesan, entre vecinos se cooperan y compran pipas de agua o algunas personas se las regalan.
“La realidad es que a veces nos obsequian las pipas y se les agradece. Aparte de que pasan torton y góndolas, traen copete y todo, no es el peso que deben traer, yo pido que regresen esos camiones a su ruta original que es Jinetes, Camino Corredores y Cuervos”, enfatizó.
José Humberto, habitante del Camino Viejo a Tlacotepec, casi esquina con Francisco Villa, en Capultitlán, expresó que las pesadas unidades han dañado locales comerciales y casas y la red de drenaje y agua potable de esta delegación, “por la vibración, el peso es excesivo, más de 60 toneladas pesa una góndola con arena, lo que queremos que los gobiernos (estatal y municipal), nos ayuden. Capultitlán está hecho un hoyo, hoyos por todos lados, gracias a los gondoleros y areneros que bajan sin medir consecuencias”.
Y mientras los empresarios y propietarios de las minas de arena y grava explotan y obtienen cuantiosos beneficios, al pueblo de Capultitlán no le ofrecen nada, como al menos poner cemento hidráulico por donde pasan los automotores, agregó molesto el poblador.
Acusó que, hace como 20 días, en la calle de Camino Viejo a Tlacotepec, esquina con Insurgentes, se registró una fuga de agua potable por cuatro días, lo que fue reportada ante el Organismo de Agua y Saneamiento de Toluca, sin embargo, “intentó repararla pero no la reparó, dejó el trabajo inconcluso, nos cae la lluvia y toda el agua entró a los registros, a todo Capultitlán nos llegó agua contaminada, a cisternas, a tinacos y a nuestras casas”.
Ahora el problema es que los comuneros no tienen dinero para desinfectar sus depósitos de agua, además que se requiere la mano de obra para sanear las cisternas, por ejemplo, “los de Agua y Saneamiento dejaron abierto un tubo y todo se contaminó, ahora, ¿tirar siete mil litros por cada cisterna?, no es la de ahí”, finalizó José Humberto.
Fuente: Hoy Estado.